03 diciembre 2008

A la Comunidad Educativa de la ENS 5


Mediante la presente comunico a Uds. que en el día de la fecha (1/12/2008) he dejado el cargo de Rectora para abocarme al de Asesora Pedagógica en esta misma Escuela.
Este año de trabajo que hemos compartido ha trascurrido con todo el dinamismo de los procesos sociales que nos interpelan en cada toma de decisiones, a través de las cuales y desde cada lugar de trabajo, expresamos nuestro compromiso con la educación pública.
Agradezco a todos los que acompañaron con su presencia, su crítica constructiva, su compromiso ético y estético, su creatividad, su paciencia, su cuestionamiento acertado, su escucha paciente, su hacer comprometido, en fin… a quienes estuvieron allí, en ese lugar y en ese tiempo, en el que había que estar, para que la enseñanza y el aprendizaje fueran posibles en todas sus dimensiones.
La Escuela entra en un interesante y necesario proceso de democratización de su gobierno que convoca a todos al ejercicio real de la participación. Seguramente allí estaremos defendiendo estos cien años de escuela pública para que otros tantos sean posibles.


Prof. Laura Salomé Russian.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimada Laura:
La intensidad laboral de este año fue una oportunidad muy valiosa para trabajar junto con vos. Nos esperan otros desafíos,en los que espero que volvamos a formar equipo.
Con cariño,
María Inés Velázquez

Anónimo dijo...

Sra Laura le adjunto mi pequeña historia:

Un niño me cayó del cielo
Por Alicia Alvarez

Noviembre y Diciembre es época de concursos, y bueno yo dadas mis circunstancias estoy concursando….
El último lunes fui a una Escuela para el Acto Público y cuando estaba intentando colocarme los anteojos para leer un pizarrón estratégicamente ubicado en el hall de entrada, sucedió algo muy inesperado: algo cayó sobre mi humanidad desde el piso superior que balconeaba sobre la planta baja. Bueno, lo primero que pensé fue, que seguramente algún irresponsable colocó en pésimo lugar otro pizarrón. Pero no, de ninguna manera, bajé la vista ¿y que vi? un ser humano había realizado una caída libre, entonces dije -“...pero si no veo mal el pizarrón se convirtió en una criatura”.
Hace tiempo que quiero ser abuela, como lo son la mayoría de mis amigas, pero por ahora me tienen en abstinencia. Luego pensé, que tanto pedirle a Dios que me haga abuela que me tira un niño desde el mismísimo cielo y que para que no tenga tanto trabajo porque falta mucho para mi jubilación, me lo manda crecidito.
¡Qué horror! A esa altura ya había tomado conciencia. Se podría haber matado y aplastarme como moneda de cinco a mí también. Fue así que, después de comprobar que el pobre angelito respiraba y sólo le dolía la panza, bajó su papá y se lo llevaron en la ambulancia.
En el Hospital Durán adonde me llevaron a mí también para descartar alguna lesión, lo escuché llorar en el box contiguo. Los médicos decían que no había huesos rotos, que le harían una tomografía y lo dejarían en observación. Sólo les diré y para que se queden tranquilos que yo tampoco tenía nada roto, solamente el corazón.
Es probable que este niño haya caído del cielo porque sabía que mi cuerpo le serviría de colchón, porque la verdad hay que decirla tengo unos cuántos kilitos de más.
Yo escuchaba a la gente que gritaba: -Milagro...milagro!!! Cuando otro le decía al padre: -no te preocupes tu hijo respira- Obvio, si no paraba de llorar como no iba a respirar….
Seguían gritando: -Esta señora es una santa que se le apareció al niño y lo sostuvo en sus brazos para depositarlo en el piso sin un solo rasguño.-
Qué brazos pensé si el muy inquieto pegó con su cuerpito en mi cabeza y hombro izquierdo, y ni hablar del estruendo que hizo al pegar contra el piso.
-No, no, les contestaba, yo vine al concurso.-
-Es una santa, si, si, que la lleven al hospital y verán que ninguno de los dos se hizo nada.- No hace falta les decía apenas me rozó….
Así fue, que terminé en el Hospital y me hicieron placas de acá y de allá, me mandaron a la ART y me dieron dos días de licencia sólo por si acaso. En definitiva, nunca supe de dónde se cayó, ni qué estaba haciendo este niño, ni siquiera sé, cómo termina este cuento.